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La bulimia comenzó cuando tenía 17 años. Un día por un malestar estomacal vomité por varios días, luego de esa semana vi a una amiga que me dijo que parecía que estaba adelgazando. Para entonces ya tenía en mente que debía bajar de peso, así que encontré la solución, desde ese día comencé a vomitar intencionalmente, deseaba ser muy delgada, dejar de ser esa mujer voluminosa y apetecible para aquel hombre que me había abusado por mucho tiempo.
Le conté a mis padres lo que me había hecho y ellos no me creyeron y encima me pegaron, ahí sí tuve miedo porque sabía que no me podía defender y no tenía a nadie para defenderme.
¿No es la pornografía inofensiva? Si crees que tu uso de la pornografía no perjudica a nadie, piénsalo de nuevo. La pornografía reconfigura tu cerebro y puede afectar tus relaciones a largo plazo, dice la experta en relaciones Sheila Wray Gregoire.
Si has sido víctima de abuso, es posible que sientas que tu corazón y tu alma han sido puestos en una jaula. Es posible que sientas que nunca volverás a ser normal. Pero estoy aquí para decirte que puedes curarte, puedes seguir adelante y hay esperanza.
El abuso físico puede ocurrirle a cualquiera. Y es casi imposible reconocer a un abusador por su apariencia externa. Puede ser el chico encantador que vive al lado o el atractivo profesor de la escuela. En la mayoría de los casos, la persona que causa el abuso es un padre. Pero los abusadores también pueden ser hermanos mayores, parientes, tutores o parejas.
El abuso verbal/emocional ocurre cuando los gritos y la ira van demasiado lejos o cuando alguien constantemente te critica, amenaza o descarta hasta que tu autoestima y tus sentimientos de valía propia se ven dañados. También incluye estar cerca de un conflicto familiar constante.
Otra experiencia común de la infancia es el abandono emocional por parte de uno de los padres. Cuando los padres son críticos, despectivos, invasivos o están preocupados hasta el punto de comunicarle al niño: "Tú no importas" o "Tus sentimientos no son importantes", esto hace que el niño se sienta no querido, no aceptado y malinterpretado.