Si estás casado, has experimentado expectativas no satisfechas en tu matrimonio. Todos tenemos. Las expectativas comienzan mucho antes del día de la boda.

Cuando mi esposo y yo nos comprometimos, me encontré con una amiga de la edad de mis padres que había estado casada durante 25 años. Ella estaba muy entusiasmada. Ella me dijo que tenían un gran matrimonio y que el sexo era muy importante. “Llevamos 25 años casados ​​y todavía tenemos relaciones sexuales tres veces por semana”, me dijo con entusiasmo.

Continuó diciéndome un importante consejo matrimonial, pero me lo perdí. Me quedé atascada en su comentario. Mientras me sentaba allí escuchando, mi mente gritaba: "¡¿SÓLO tienes relaciones sexuales tres veces por semana y crees que eso es BUENO?!"

Si bien las anécdotas sobre expectativas son divertidas, la realidad de las expectativas no satisfechas no lo es, especialmente cuando se trata de expectativas sexuales. Si esta es tu situación, no estás solo. Para algunos, la frustración es la falta de intimidad. Para otros, puede ser satisfacer las demandas de tu cónyuge. Algunas parejas tienen expectativas sobre quién iniciará. En algunos matrimonios, uno de los cónyuges quiere seguir un horario, mientras que en el otro, la espontaneidad gobierna.

Cuando te casaste, probablemente no esperabas que algo tan "natural" se convirtiera en un problema tan grande. La diferencia de libido es un problema muy real en los matrimonios reales y, por lo tanto, es necesario abordar las expectativas; si no son afrontadas, la decepción, la frustración y el dolor se convertirán en la norma en tu matrimonio y causarán problemas aún mayores.

Si esto te suena familiar, aquí tienes algunas ideas:

Habla al respecto. Si te sientes herido, enojado o excluido, debes hablar con tu cónyuge al respecto. El tiempo es clave. No esperes hasta que haya iniciado el sexo, hayas sido rechazado y luego explotes. Espera hasta que las emociones se calmen, no estés cansado y no te interrumpirán. Trata de no sonar a la defensiva o enojado.

Avisa a tu cónyuge sobre la próxima conversación. Esto les da la oportunidad de pensar detenidamente en el tema y asegurarse de que no se sientan emboscados por la discusión. Por ejemplo, podrías decir: "¿Cuándo podemos hablar sobre _______?" O, "Esta noche, después de que los niños se hayan asentado, me gustaría hablar sobre ______".

Encuentra un mentor. Hay muchas formas de encontrar ayuda si ustedes dos tienen dificultades para resolverlo. Encuentra una pareja que haya estado casada más tiempo que tú y que tenga un matrimonio que admires. Pídeles que te orienten en su relación. Tener a alguien caminando a tu lado hace una gran diferencia. No se sentirán tan solos y tener una perspectiva externa realmente les ayudará a ambos. O si lo prefieres, comunícate con uno de nuestros mentores en línea gratuitos y confidenciales.

Hay una advertencia: no te limites a hablar con quien quiera escuchar. Elige sabiamente y selecciona a alguien a quien admires y quieras parecerte. Elige a alguien seguro en quien puedas confiar para mantener tus confidencias. Es importante hablar a través de tus sentimientos, pero debes usar la sabiduría y no hablar de tus problemas a todos, esto causará más dolor entre ustedes dos.

Edúcate a ti mismo. Busca libros, podcasts, chats o artículos que te ayudarán a resolver tu situación. Asegúrate de que la fuente sea confiable y digna de confianza. Este tema es muy común y hay ayuda disponible si la buscas. No permitas que el ajetreo o la vergüenza te impidan obtener la ayuda que necesitas. Tu matrimonio es importante y debe ser una prioridad.




Este artículo fue escrito por: Ella Weck

Autor de la foto: Photo by Davids Kokainis on Unsplash