Cerca de la muerte
Cuando me preguntaron ¿Cómo te llamas?, ¿Tienes a alguien a quien llamar?, lo entendí todo, sí, me estaba pasando a mí, no pude contener las lágrimas y el miedo, de abrir mis ojos y estar en el pavimento, lejos de mi casa, sin saber qué pasaba, solo veo sangre, y es mía. Esa mañana cambió todo, soy Bárbara y esta es mi historia.
¿Alguna vez te has cuestionado si llegarás hoy a tu casa?. Yo no, no hasta el 10 de Abril de 2014. Comenzó todo muy normal, me preparé para tener un día universitario corto. Salí con esa típica tranquilidad de que volvería al medio día. Mismo día en el que decidí dar un paseo extra, me faltaba solo una cuadra para llegar al lugar. Luz roja, me detengo, espero, como siempre.
Luz verde, doy un paso, miró de reojo, hay un auto que no paró, ¡No me vio!, todo está pasando muy rápido y se siente muy lento para mí, escucho el impacto, no alcancé a gritar, veo todo oscuro, ya no sé qué pasa.
Me despierto, no estoy en el lugar donde crucé, hay mucha gente, algunos intentan levantarme, otros dicen que no, tengo mucho miedo, no siento nada, solo un hormigueo y no me puedo mover, prefiero no mirar, hay una mujer que llora, me pide perdón, todavía no entiendo, solo quiero seguir caminando por donde iba, pero no.
La ambulancia no llega, se hacen preguntas, ¿está viva? ¿Cómo me llamo?, si vengo sola… hay muchas cosas pasando a mi alrededor, y yo solo pensando en no dormirme, quiero ver a mi familia, no sé qué va a pasar. En ese momento todo cambió de perspectiva, no podía dejar de pensar en lo que no había hecho hasta ese punto, en mi familia, ¿Qué pasaría si me muero?, realmente ahí no importaba ni la carrera, ni el dinero, ni los sueños, era la pregunta más difícil que me había hecho.
La ambulancia llegó, la gente se dispersó, estoy sola otra vez, nunca había tenido tanto miedo. Los testigos cuentan su versión, el auto me arrastró casi una cuadra, los exámenes indican algunas fracturas, cosas menores. ¿Cómo?.
Pasan los días, la vida sigue para todos los espectadores, me enfrento a salir a la calle, las bocinas, los cruces, eso que antes era normal, hoy me produce crisis de pánico, me impide ir sola a estudiar, me hace encerrarme en el baño de la Universidad para calmarme antes de las clases, me hace sentir insegura, me hace pedir ayuda. Me hace soñar y despertar alterada, me hace estresarme y temblar cuando lo cuento.
Un día me armé de valor, fui al lugar, hice todo el recorrido del día del accidente, esta vez sí logré cruzar y caminar más allá, algo dentro de mí se aquietó, fue como recuperar una ínfima parte de control, de seguridad. Entendí que sanarse en gran parte es una decisión de enfrentar tus miedos, incomodarte y no dejarte definir por las circunstancias adversas, hablar una y mil veces hasta que no duela, buscar ayuda, mostrarte vulnerable, y por sobre todo abrazar lo que esto te ha enseñado y seguir adelante. Hay caminos de dolor profundo que nos toca enfrentar solos, donde la única respuesta es transitarlos y vivirlos, sabiendo que aunque no estabas listo para esto debes continuar.
Estar cerca de la muerte te enseña mucho de la vida, hay cosas que al final del día parecen importantes y no lo son, y hay cosas sobre las que no tenemos poder.
Si también te sientes así, en un lugar de donde no puedes salir, en una situación que no elegiste y no sabes cómo enfrentarlo, escríbenos.
No tienes que enfrentar esto solo, Habla con un mentor, es confidencial.
Estos problemas pueden ser difíciles de enfrentar. Si estás considerando dañarte a ti mismo o a los demás, por favor lee esto!
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