El dolor del silencio

Mi infancia no solo fueron juegos, ni tampoco solo fue convertirme en mamá y papá de mis hermanos debido a la ausencia de mis papás. Mi infancia también fue abuso sexual desde los siete años hasta mi pre adolescencia. Ver a familiares masturbándose mientras veían pornografía, también fue parte de mi infancia. Tocar mis partes íntimas cuando quisieran, y pensar que lo que sucedía era normal, todo esto ocasionó que yo también empezara a tocarme, pero conforme iba creciendo entendía que nada era normal y que no estaba bien lo que yo hacía ni hacían conmigo. Me deprimí, me deprimí mucho a tal punto de pensar en quitarme la vida. Me sentía sucia, avergonzada, sin valor, sentía que había nacido para ser abusada por todos los hombres, no tenía ganas de vivir.

Me deprimí, me deprimí mucho a tal punto de pensar en quitarme la vida. Me sentía sucia, avergonzada, sin valor, sentía que había nacido para ser abusada por todos los hombres, no tenía ganas de vivir.

A mis 13 años como no tenía el valor de suicidarme, le pedí a Dios que por favor me llevara con Él, que quería descansar, no quería pensar ni quería estar en este mundo. Me sentía cansada, agobiada, sin esperanza. A mis 14 años tomé el valor de no permitir más lo que me estaba pasando así que me enfrenté con ellos, ya había crecido y entendí que podía hablar con los adultos así que dejaron de abusar de mí. Aún me sentía sucia y muy deprimida así que empecé a desahogar lo que sentía con alcohol, tomaba mucho para no pensar, según yo, para sentirme bien, pero no, eso solo ocasionaba que me sintiera peor. En ese tiempo un primo me invitó a consumir marihuana, sabía que eso lo relajaba y lo hacía estar en otro mundo así que lo hice, pero no me gusto en ese momento.

Aún me sentía sucia y muy deprimida así que empecé a desahogar lo que sentía con alcohol...

Mis papás trabajaban mucho, los veía muy poco, sobre todo a mi papá, a él lo veía menos. Entendía que tenían que hacerlo para poder tener lo necesario en casa, sin embargo, me hizo mucha falta el amor de ellos. Nunca pude decirles lo que pasaba, no tuve el valor. La ausencia de mi papá me afectó mucho, quería que fuera mi héroe, pero nunca estuvo, llegue a pensar que él no me amaba, por que nunca me preguntó como estaba o como me iba en los estudios, siempre fue una persona muy fría conmigo y mis hermanos, no hubo un te amo, ni besos, ni abrazos y esa falta de amor hacia mí, se fue convirtiendo en un resentimiento grande hacia él.

A los 17 años tuve mi primer novio, estaba asustada que nadie me quisiera por todo lo que pasé. Al inicio, como la mayoría de las historias, todo fue muy lindo, hasta que llegamos a tener relaciones sexuales por primera vez, a partir de ese momento, volví a sentir lo mismo que en mi niñez, que era un objeto sexual. Mi novio solo me iba a ver para tener sexo, para satisfacer su deseo. Tiempo después terminé la relación por que supe que me engañaba con una mujer mayor, y eso causo no solo dolor en mí, si no más odio y más ira hacia todos los hombres.

Ahora que soy adulta y puedo tener una perspectiva más completa de todo lo que viví, me doy cuenta que no fue fácil pero recibir ayuda ha sido clave en mi proceso. Así como yo encontré ayuda de alguien en el camino, tú no tienes que enfrentar esto solo.

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